Dermatitis atópica

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Enfermedad inflamatoria no contagiosa de la piel, muy pruriginosa, crónica y recidivante que se inicia en los primeros meses o años de vida y presenta además eczemas, rojeces e hinchazón. Suele contar con antecedentes familiares y puede estar acompañada de asma, rinitis o conjuntivitis alérgica.
La sufren los niños que nacen con un defecto en su piel, consistente en que ésta no les protege de las agresiones tal y como lo hace el manto ácido lipídico en la piel sana.
El tratamiento ha de ser siempre individualizado atendiendo a las particularidades de cada paciente. Deben evitarse irritantes, usando ropa de algodón, detergentes neutros, no usar suavizantes ni perfumes o colonias, no colorantes, baños cortos y, una terapia de reciente instauración aconseja baños con una medida de lejía al 6% y con productos específicos. No se debe sobreabrigar al paciente y deben evitarse determinados alimentos como leche, huevos, marisco o frutos secos en el caso de haya una respuesta alérgica tras su ingesta
Las pautas principales del tratamiento pasan por mantener una lubricación continua, usar corticoides e inmunosupresores tópicos, antihistamínicos y corticoides orales y ciclosporina oral.
En los casos graves resulta obligado recurrir a medicamentos biológicos.